sábado, 27 de enero de 2024

Poema de amor desde la cama con hermosa vista al bar


Poema de amor desde la cama con hermosa vista al bar 

Anoche soñé, por ejemplo,

que era feliz.

Era sólo un sueño

y hoy regreso

nuevamente a reclamar

el pedazo de vida que mis gobernantes,

padres de la patria,

magistrados

y jerarcas

un mal día me quitaron.

Soñé que era feliz.

Pensé que por fin podía

empezar

otra vez y escribir

toda esta indecencia

que tú acertadamente llamas

“indecencia”,

“porque antes escribías más bonito,

al amor le escribías,

que tus besos,

que tu risa,

que tus manos,

que tus ojos,

que tu todo”. 

No quiero que mis pisadas

sigan reclamando tu ausencia

y las tuyas protesten

sólo porque se me ocurrió

caminar esta tarde junto a ti.

No quiero que regreses

a mi angustia y que luego

te transformes en canto y en silencio

y en sonrisa y en mirada y en recuerdo

y en espera.

Espero que nunca más vuelvas

a marcharte

ni tengas que regresar

a mi lado de su lado

ni nada.

Ya me cansé de escuchar.

Ya me cansé de nuevo,

siempre me canso

de esperar,

siempre espero

que nos dejen

construir

un país.

Quiero un país.

Pero no un país,

sino un "(PAIS)",

así,

entre comillas, con mayúsculas, subrayado

y entre paréntesis

para que no se te escape

la idea

de que merecemos

un país.

O sea

y que importa que "o sea" se escuche,

mejor dicho,

lea,

feo,

o sea,

también,

al igual que tú,

quiero un país bello,

o sea solidario,

o sea humano,

o sea menos acartonado,

más de abajo, de la plebe,

chévere, bacán, o sea

con cerros,

pajita, pulenta, o sea

con risas, con alegría, con libertad, con esperanza.

Ya me cansé de decir

que siempre me canso

y que quiero un país

y que pienso y que sueño,

porque cuando despierto

descubro que sólo fue eso,

un sueño

y que este país

sigue siendo tan bonito y al mismo tiempo tan feo

y la gente tan buena y a la vez

tan basura,

y para comenzar cada día así

con desconsuelo,

mejor,

quién sabe,

ni siento, ni me acuesto, ni duermo, ni sueño, ni otra vez

ni nada.                                                  

Y pensar que anoche tuve un sueño.

Y soñé que era feliz.

Puta madre,

era sólo un sueño.

* * *

Álvarez, Julio. "Penúltimo segundo, un manojo de poemas y una crónica de viaje", Chimbote 2004, Río Santa Editores

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