domingo, 10 de marzo de 2024

Se elimina el voto de confianza por investidura de Gabinete de Ministros ¿Bueno o malo?


El paquete de reformas constitucionales es un paquete al que podríamos llamar "despolarizador". En un articulo anterior, El retorno a la bicameralidad, ¿Quién gana y quién pierde?, muestro por qué creo que las nueva reglas de juego darán estabilidad y reducirán el conflicto dentro del Legislativo y en las relaciones de éste con el Ejecutivo.

También lee El retorno a la bicameralidad, ¿Quién gana y quién pierde?

En él me refiero también a la cuestión de confianza, pero sin ahondar en el punto pues quería hacerlo por separado.

Cuestión de confianza automática

El aún vigente artículo 130 de la Constitución establece que dentro "... de los treinta días de haber asumido sus funciones, el Presidente del Consejo concurre al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión. Plantea al efecto cuestión de confianza".

A esto, le llamo lo que llamo una Cuestión de confianza en automático y presenta varios problemas:

  • Instala la confrontación extrema como regla de juego;
  • La "política general del gobierno y las principales medidas" es un universo de situaciones que, con seguridad, tiene incoherencias entre sí porque es "general";
  • Se discuten generalidades, no políticas ni medidas concretas;
  • Lo más probable es que varias bancadas le nieguen la confianza y intenten hacer fracasar al nuevo Gabinete, incluso antes de escucharlo;
Este es un claro ejemplo de lo dicho líneas arriba
  • El nuevo Gabinete desperdicia un mes y más días en tratar de obtener permiso para gobernar;
  • Lo más probable es que no lo obtenga la confianza; 
  • La denegatoria del voto de confianza es una espada de Damocles sobre el Ejecutivo y sobre la Cámara única; 
  • Polariza, polariza y polariza; y
  • Hace profundamente ineficiente el mecanismo de reemplazo de Gabinete.

Esta fórmula que pretendió ser un mecanismo de control del Ejecutivo, se ha transformado, pues, en una traba para la gobernabilidad y una fuente de confrontación altamente emotiva, caos e inestabilidad. Cada nuevo Gabinete de Ministros se juega la vida dentro de los primeros 30 días de su nacimiento.

Por eso, debía cambiar. Y el cambio, creo, puede ayudar a reducir la polarización y la inestabilidad. 

Pero ¿cómo?

Muy simple, cada nuevo Gabinete de Ministros no deberá jugarse la vida ante el Congreso dentro del mes de haber nacido. Se elimina el voto de confianza por la investidura de un nuevo Gabinete. 

Así, la nueva fórmula dice: “Dentro de los 30 días de haber asumido sus funciones, el presidente del Consejo concurre al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión. Esta exposición no da lugar al planteamiento de cuestión confianza alguna. Si el Congreso no está reunido, el presidente de la República convoca a legislatura extraordinaria”.

¿Perjudica esto el control y equilibrio de poderes?

No. Entrada en vigencia la nueva fórmula, el Ejecutivo podrá invocar una cuestión de confianza, pero ya no sobre la generalidad de las política de gobierno y principales medidas, sino sobre situaciones concretas y sólo si lo considera necesario. Así, con la nueva fórmula:

  • El nuevo Gabinete empezará a gobernar ipso facto;
  • El voto de confianza no será más es una espada de Damocles;
  • Se reduce la polarización y el drama en las relaciones Congreso-Ejecutivo; y
  • Se hace  más eficiente el mecanismo de reemplazo de Gabinete.
  • Al hacerse más eficiente, se hace menos caro, cuesta menos tiempo y dinero
  • Es una versión mejorada del sistema híbrido presidencial-parlamentario 



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