Poema de amor desde el hastío
Entonces,
¿Por qué mi
poesía
ha de ser
siempre dura?
¿Por qué no
como el
agua que resbala
por la roca
sobre el
musgo
que en la
roca
se resbala
con el agua?
O como el aroma
de un
hombre libre
que después
de la victoria,
desnudo,
se resbala
y se
embarra
con una
mujer
que
desnuda,
o mejor
dicho
calata,
es libre
también,
y por ello
no es más virgen,
pero
hermosa,
y no jode a
nadie,
ni nadie la
jode con aquello de que
“te
quedaste solterona”,
y que
“qué dirá
la gente si se entera
de que estás embarazada”.
Claro,
como no es
mi hija, ni mi madre, ni mi hermana.
Pero aún así,
¿Por qué mi
poesía
no ha de
ser libre?
Si ella
también alude y pretende,
vocifera y
se embarra y chapotea
como el
agua
que resbala
porque
agua que no
hemos de beber, dejémosla correr.
Comentarios
Publicar un comentario