Poema de amor desde el verano indostaní
noches
largas, lánguidas y frías,
que seremos
rastros, huellas, cicatrices.
Que poco o
nada
hallaremos
de aquel
primer momento.
Que mi
antigua sensibilidad
se te antojará
debilidad.
Que nuestro llanto será
más mi
llanto que tu llanto.
y el amor,
aún en los
inviernos más crudos,
siempre es
más reconfortante
que una
hoguera en una noche fría
o una taza
de café caliente.
Quédate conmigo
y veremos
juntos la llegada del monzón,
la partida
del estío.
Quién sabe
en ese empeño
encontremos
un lugar
donde el
amor
sea tal vez
más refrescante
que una
ráfaga de brisa
en una
tarde dominguera
bajo el sol
ardiente.
* * *
Álvarez, Julio. "Penúltimo segundo, un manojo de poemas y una crónica de viaje", Chimbote 2004, Río Santa Editores
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