
Estás en los pasillos del supermercado y una joven mujer que quiere pasar te ordena “permiso”. Vas a la estación de buses del Metropolitano y un joven estudiante que quiera llegar a tomar el bus que se acerca te ordena “permiso”.
Así es en Lima, piensas, pocos dicen "por favor" o "disculpe". Solo "permiso", así en tiempo imperativo, algo así como "hazte a un lado".
Subes al ascensor y contigo una
persona joven. No saluda. Entonces, tú y te responde con un "mmm,
buen...s".
De vuelta en el supermercado, ya con tus productos, te acercas a la banda de la caja y pones uno los artículos. Un hombre, quien tiene todo el espacio para él solo, se acerca a pocos centímetros de ti y coloca sus productos. ¿Por qué se acerca tanto si tiene tanto espacio? Te sientes invadido.
Caminas por la acera y un adulto te
pregunta, sin previo saludo ni un por favor, “¿dónde está la Avenida Pardo?”.
Te toma por sorpresa y “por acá”, respondes. “Ya” te dice. Y se va
Así es en Lima, piensas. Pocos te dicen "gracias".
Te viene a la mente la frase de no sabes bien qué personaje peruano, esa frase que, 50 años atrás o más, pretendía describir a los limeños y que, antes de saberla, descubriste en tus carnes, algo así como que en el Perú la gente no hace contacto visual y cuando lo hace, lo hace para agredirte.
Así es en Lima, piensas. Pocos te dicen "gracias".
Te viene a la mente la frase de no sabes bien qué personaje peruano, esa frase que, 50 años atrás o más, pretendía describir a los limeños y que, antes de saberla, descubriste en tus carnes, algo así como que en el Perú la gente no hace contacto visual y cuando lo hace, lo hace para agredirte.
¿Te ha pasado? ¿Te suena? ¿Te
reconoces o reconoces a alguien?
¿Cada uno de estos personajes es
descortés? ¿Mal educado? Tal vez.
Para Norberto Chaves, en “Ser
pos-moderno: dilemas culturales del capitalismo financiero”, no. Para él es
algo mucho más grave. Es el “individuo-masa”.

El “individuo-masa” (“limeño-masa”,
para ser más exactos), es un tipo de ser humano hijo de la sociedad de consumo,
vástago de la sociedad estandarizada,
producto de la sociedad con vínculos débiles o sin vínculos.
El “limeño-masa”, aquel que es
idéntico a todos los demás pero que, lo más grave, no reconoce la presencia del
otro. Lo omite. No tiene semejantes. Carece de prójimo.
Te preguntas entonces, entre el limeño-masa y la costumbre esa de mirar solo para agredir, ¿qué debo esperar? ¿Qué tiene que ver una con la otra?
Que curiosidad más grande siento.
***
Esto recién empieza. Ya compartiré con ustedes otros hallazgos de esta estupenda lectura.
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