
Eran tres taxis amarillos estacionados
uno detrás de otro. Me acerqué a la ventanilla del que estaba delante. La
lógica me decía que tenía la prioridad.
- Buenos
días, le dije, ¿me puede llevar, por favor, al aeropuerto?
Lo siento,
amigo, respondió, le toca al colega que está detrás. Yo llegué después y me le
coloqué delante. Dígale a él.
Esta conducta, impensable en la
jungla de Lima (y el Perú) donde los taxistas se arrancan los pasajeros a
tirones, me dejó perplejo. No es necesario estar en el primer mundo para
encontrar en América del Sur una ciudad con gente que actúa de manera tan
correcta y civilizada, pensé.
- Buenos
días, le dije al segundo taxista, ¿me lleva al aeropuerto?
- ¿Al
aeropuerto? Respondió y miró su reloj.
- Sí.
No puedo, amigo, he quedado con una
clienta en media hora y no voy a llegar a tiempo.
Y dicho esto, salió del vehículo, se
acercó a la ventanilla del primer taxista y le dijo:
- Amigo,
llévelo usted no más. No hay problema.
- ¿Ah? Está bien, con su permiso, sí,
le respondió el primero
Sentí vergüenza y empecé a darme cuenta de lo
pacífico que puede ser el tráfico en Medellín aun en hora pico. El respeto por
el peatón y por las señales de tránsito. Y sentí envidia. De las dos: sana e
insana.
Medellín es una ciudad que tiene una población de casi 4 millones de personas incluyendo el áreas metropolitana ubicada en una zona montañosa que hace que el factor geográfico haga las cosas difíciles. A diferencia de Lima, que tiene una geografía plana de cara al mar, Paisalandia (a los de Medelín se les llama "paisas") tiene un sistema de transporte público masivo excelente, léase, varias líneas de metro, buses, buses alimentadores, tranvía y teleférico que une las partes altas con las líneas de metro. Pero, de eso hablaremos en otra nota.
Medellín es una ciudad que tiene una población de casi 4 millones de personas incluyendo el áreas metropolitana ubicada en una zona montañosa que hace que el factor geográfico haga las cosas difíciles. A diferencia de Lima, que tiene una geografía plana de cara al mar, Paisalandia (a los de Medelín se les llama "paisas") tiene un sistema de transporte público masivo excelente, léase, varias líneas de metro, buses, buses alimentadores, tranvía y teleférico que une las partes altas con las líneas de metro. Pero, de eso hablaremos en otra nota.
El caso es que los centros comerciales y áreas de afluencia
de público están rodeadas de extensas zonas para el estacionamiento temporal de
taxis, en donde los pasajeros pueden abordarlos ordenadamente. Por ejemplo, en una
de sus gigantescas estaciones de buses interprovinciales, la del norte. Y sí,
leyeron bien: una de sus estaciones, una entre otras, una sola que está dotada de todo tipo de
servicios y que, hay que decirlo, es infinitamente mejor que la mayoría de aeropuertos
en el Perú.
Uber y Cabify, los taxis por aplicativos,
existen, sí. Pero están fuera de la ley. Prohibidos, pues generan caos y
descontrol. Así que trabajan subterráneamente y forman parte, por decirlo de
alguna manera, del mercado negro de taxis. Pero aun así, no se sienten. Yo me
enteré de esto porque, ignorante de la prohibición, tomé un Uber y el chofer me
obligó a sentarme en el asiento del copiloto. Es que, como estamos prohibidos,
nos ponen multa, me explicó.
¿Cómo hicieron los paisas para lograr esto?
Pensé. ¿Cómo?
¿Qué clase de alcaldes y presidente hemos y tenido para que Lima en (la horrible), su tráfico sea un caos y sus choferes de taxi, la mayoría de veces, tan agresivos y desagradables?
¿Será que la culpa es nuestra? pienso. Los limeños elegimos 3 veces a Luis Castañeda, por ejemplo. Y estuvimos a punto de elegir a Keiko.
Ah,caray. sí pues, me digo y, por ahora, me recojo.
¿Será que la culpa es nuestra? pienso. Los limeños elegimos 3 veces a Luis Castañeda, por ejemplo. Y estuvimos a punto de elegir a Keiko.
Ah,caray. sí pues, me digo y, por ahora, me recojo.
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