domingo, 25 de septiembre de 2011

Susana Baca o la nueva fábula de la hormiga y la cigarra


“Deja de hacer lo que te haga feliz y tendrás éxito…” Este se me ocurre que es el mensaje de una parte de la opinión pública peruana cuando sentencia que la ministra de Cultura, Susana Baca, debería dejar de cantar mientras sea ministra.

Susana, le gritan, ser feliz es incompatible con tener una buena gestión. Le exigen que deje de cantar, mostrando que son magníficos discípulos de una de las más estúpidas fábulas “La hormiga y la cigarra” que jamás, ni hoy ni cuando niño, pude entender, porque canto desde que tengo uso de razón y la música me ha dado las más grandes satisfacciones.

He recorrido el mundo, como Susana, y he cantado donde he estado, para mis amigos y hasta para desconocidos. He dado lo mejor de mí como diplomático y como cónsul y hasta he recibido uno que otro reconocimiento por los resultados obtenidos y todos los que me han conocido, han conocido no sólo al funcionario público, sino que a través de la música, han conocido al ser humano, y tal vez ese ha sido el secreto: seres humanos al servicio de seres humanos... y no egos al servicio de una forma de lucir y de ellos mismos.


Y todo eso  lo he hecho sin dejar de cantar, porque cantar me hace feliz y las personas felices toman buenas decisiones, decisiones que benefician a los demás. La felicidad es un estado del alma que nos predispone a dar y a hacer felices a los demás.



Como Susana Baca -, una mujer que ha dedicado su vida y su ser a la música- soy una cigarra.

Y no es que cantar haga felices a todos, pero sí hace feliz a Susana Baca y a mi y a muchos otros.

Y esos críticos, varios de ellos dizque “ilustrados” políticos, después se llenan la boca con frases poderosas como “El secreto del éxito es ser feliz” pero que, para ellos no tienen significado alguno y olvidan que ministro feliz toma buenas decisiones. Viven para oponerse y criticar, sobretodo si eso que critican hace infelices a los demás.

Yo, por lo pronto digo, que Susana Baca puede escribir una nueva fábula de la hormiga y la cigarra.


Así que cante, señora Susana, cante, siga cantando que ministros felices toman buenas decisiones.