jueves, 30 de abril de 2009

Los niños, esos sabios bajitos

Laurita, la encantadora hija de una buena amiga, es una pequeña Mafalda.

Para quienes no lo saben, Mafalda es el nombre y personaje principal de la tira cómica argentina más exitosa de todos los tiempos, creada por Quino en 1964. Mafalda es una niña argentina con un instinto político poco común para su edad y que se expresa mediante una actitud comprometida ante el mundo, la humanidad y la paz mundial, pero a la cual no le gusta la sopa. De hecho, la detesta y ella es, junto con las guerras, su más grande pesadilla.

Yo, la verdad, no conozco las preferencias y antipatías gastronómicas de Laurita, pero se, por lo que me cuenta su madre, de sus preocupaciones políticas. El caso es que Laurita y su mamá, quienes viven en Madrid, se encontraban viendo las noticias a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de España que respondía algunas preguntas sobre la crisis mientras salía de una actividad oficial con su esposa, elegantemente vestidos.

La atención de Laurita, de pronto, se centró en algo que a su mente limpia de cinismo le pareció simplemente contradictorio que ella expresó de la única manera como puede hacerse para que sea auténtica.

Laurita dijo, hablando a su madre:

- ¿Qué no que no había crisis? ¡Habrá que ver este Zapatero! ¡Mira, mamá, los vestidos que llevan él y su mujer!

Luego, hablándole (e increpándole) a "Zapatero":

- ¡Qué hay crisis! Si tú mismo lo estás diciendo!

Y otra vez, hablando con su madre:

- ¡Qué hay crisis! Pero este Zapatero ¡se va a enterar! Apenas pueda ¡se va a enterar, mamá, se va a enterar!

Los niños son sabios. Y lo son no necesariamente porque tengan un coeficiente intelectual extraordinario, sino porque la sabiduría es cuestión de sencillez, sinceridad y sentido común y los niños son abundantes en los tres.

Conozco políticos que gastan miles de dólares contratando consejeros que les digan que "la palabra no es el hecho", que lo que los electores decidirán si le darán sus votos no por lo que dice sino por lo que hace, que tienen que ser auténticos y coherentes. Se de gerentes y profesionales exitosos que gastan miles de dólares en psicoterapias por años para al final aprender lo mismo. Conozco también de presidentes, ministros y embajadores que se han llenado de lujos que antes no tenían mientras ejercían sus importantes cargos y han dejado el puesto con una popularidad por debajo del 5 % o siendo detestados por sus empleados y colaboradores para, cínicamente, preguntarse: "pero ¿ por qué?"

La lección es clara y está alcance de nuestros ojos y oídos cotidianamente. Los maestros que nos las enseñan están también allí, cerca y cotidianamente. Son nuestros hijos, sobrinos, ahijados o hijos de los amigos. Sólo hay que escucharlos. Son los gurús del sentido común. No de la lógica. La lógica es adulta, aburrida e inflexible y sus fórmulas (disyunción, condicional, etc.) no incorporan la maravillosa imperfección de los seres humanos. El sentido común sí lo hace y por eso no tiene fórmulas ni se puede encontrar en manuales ni formularios.

En lo que a mí respecta, la anécdota de Laurita me hizo recordar la lección de la autenticidad y la coherencia que aprendí hace muchos años pero que inevitablemente algunas veces se me olvida y qué bueno, qué alegría, pues eso significa que sigo siendo imperfecto. Y qué bueno, que alegría, que aún sigo escuchando a esos sabios bajitos, maravillosos, que son los niños. Ellos están siempre allí pero sólo dictarán sus lecciones cuando les de la reverenda gana, por lo que ha que estar atentos, abiertos de corazón y mente.

Y así como Laurita nos dio una breve pero significativa lección, así también lo hizo el niño de la fotografía que adjunto.

Y les recomiendo visitar la web Frases de Niños en el Hormiguero. Allí encontrarán unos video buenísimos de un programa de TV en España dedicado a las frases de los sabios bajitos, como éste:

PD: me pregunto, ¿cuándo tendremos en la TV peruana un programa de humor de tanta calidad y no los puestos de carne y sexismo que tenemos?


viernes, 24 de abril de 2009

¿Quién fue el dentista de Drácula?

Salud, humor y cultura

 

¿Quién no conoce la historia de Drácula, el terrorífico conde de Transilvania que ha sido puesto en un sinnúmero de películas, obras de teatro y programas de humor? Nadie, todos lo conocemos y por eso mismo, siempre me he hecho la pregunta:

 

¿Quién fue el dentista de Drácula? ¿Cómo mantuvo sus dientes sanos por miles de años? ¿Alguien lo ha visto cepillándose los dientes en una de las tantas películas? ¿Cómo se cuidaba la dentadura?

 

Hoy, viendo las noticias, me encontré con que una compañía de teatro portugués, Companhia do Chapitô Lisboeta, ha creado y puesto en escena una versión jocosa de Drácula. La noticia dice:

 

"Pero, ¿cómo no se le había ocurrido a nadie meter a un dentista en esta historia? La siempre ingeniosa Companhia do Chapitô Lisboeta ha solventado esta 'laguna' con su propia versión: 'Drákula'.

 

(…)

 

En esta versión que ha escrito el dramaturgo inglés John Mowat se cuenta la historia del doctor Jonathan Harper, célebre dentista británico, llamado de urgencia al castillo de Drácula en Transilvania porque (Drácula) sufre graves problemas de dentición. Allí (el doctor Harper) encontrará un panorama de rarezas y hábitos del demonizado vampiro que se traducen en un catálogo que retaría al mejor estomatólogo (odontólogo): gingivitis (piorrea), halitosis (mal aliento), caída de piezas dentales, falta de vitamina D... Una gamberrada (torpeza) que echa por tierra la 'mal' ganada reputación de este repulsivo ser inmortal." (ABC Digital. 17 de abril de 2009)

 

La obra viene actualmente siendo puesta en escena en España.

 

En este enlace puede encontrar la noticia completa:

http://www.nortecastilla.es/20090417/gps/dracula-dentista-20090417.html

 

Y aquí pueden ver una muestra audiovisual de algunas partes de la obra:

http://www.youtube.com/watch?v=_Y8DeD-tgoo

 

Con esta obra de Companhia do Chapitô Lisboeta, se me ocurre, podemos aprender alguna otra lección, más allá de la importancia del cuidado y prevención oral, y es que somos un todo por lo que la salud del ser humano no sólo es un tema de cuidados físicos sino también del espíritu y la mente y, por ende, llevar una vida saludable significa también vivir con sentido común y con sentido del humor.

 

Así como Companhia do Chapitô Lisboeta "le pone humor inteligente a los grandes temas de la historia humana, una manera de 'adelgazar' nuestro sentido de la trascendencia y destino terrenal", a cada uno de nosotros nos caería bien ponerle humor y sentido común a los grandes temas (problemas de nuestra vida).

 

Ya lo dijo Lin Yutang en su obra "La importancia de vivir", publicado por primera vez en 1937, ad portas de la 2da Guerra Mundial:

 

"Dudo que haya sido plenamente apreciada la importancia del humor, o la posibilidad de su empleo para modificar la cualidad y el carácter de toda nuestra vida cultural: el papel del humor en la política, en el estudio y en la vida. Porque su función es química, más que física, altura la textura básica de nuestro pensamiento y experiencia.

 

(…) Esto es lo que concibo como función química del humor: cambiar el carácter de nuestros pensamientos.

 

(…)

 

… la tremenda importancia del humor en la política solo puede ser comprendida cuando imaginemos un mundo de gobernantes bromistas. Enviemos por ejemplo, cinco o seis de los mejores humoristas del mundo a una conferencia internacional, y démosles poderes plenipotenciarios de autócratas, y el mundo se salvará. Como el humor marcha necesariamente de la mano con el buen sentido y el espíritu razonable, mas algunos poderes excepcionalmente sutiles de la mente para notar inconsistencias y locuras y mala lógica, y como esta es la forma más alta de la inteligencia humana, podemos estar seguros de que cada nación estará representada en la conferencia por su espíritu mas cuerdo y más sano.

 

(…)

 

Porque, ¿quiénes iniciaron nuestras guerras? Los ambiciosos, los capaces, los hábiles, los que alientan designios, los cautos, los sagaces, los altaneros, los patriotas en exceso, los inspirados por el deseo de "servir" a la humanidad, los que tienen que hacerse una "carrera" y causar una impresión en el mundo, que esperan poder mirar al mundo con los ojos de una figura de bronce montada sobre un caballo de bronce en alguna plaza. Es curioso que los capaces, los hábiles y los ambiciosos y altaneros, son al mismo tiempo los mas cobardes y confusos, pues carecen de la valentía y la profundidad y la sutileza de los humoristas. Están siempre dedicados a trivialidades, en tanto que los humoristas, con su mayor alcance de espíritu, pueden pensar en cosas más grandes."

 

Y si la función del humor es química y puede evitar tantas penurias, entonces, es la base de nuestra buena salud, corporal, dental, mental y espiritual.

 

¿Y el sentido común? Seguro se preguntan. Dejaré que sea el filósofo estadounidense William James (1842-1910) quien responda:

 

"Sentido común y sentido del humor son lo mismo. El sentido del humor no es más que el sentido común, pero bailando"

 

En todo caso, el sentido común es una suma de tolerancia, compasión, buena fe y sentido del humor.

 

Y para ser coherente, aquí les dejo un chiste sobre por qué es tan peligroso regatearle a un dentista:

 

"Paciente: ¿Cuánto me cobra por sacar este diente?

Dentista: Con dolor $100 y sin dolor $50.

Paciente: Que bien, sin dolor es más barato!!!

Sáquelo SIN dolor… Sin anestesia ni nada, el dentista comienza a extraer el diente cuando el
paciente grita: Aaaahhhhhhhh !!!!!

Dentista: Mire, si sigue gritando le voy a tener que cobrar CON DOLOR, ah!"

 

Jajaajaaa… que tengan un buen fin de semana.

jueves, 16 de abril de 2009

El orgullo de ser peruano por sus mujeres

Tengo la suerte de haber conocido en tranquilas tertulias –algunas breves- a Denisse Fajardo, Silvia León y Aurora Heredia. ¿Qué hay de común entre ellas? Pues, todas son excepcionales mujeres peruanas ex jugadoras de esa fantástica selección peruana de voleibol de los años 80 que tantas alegrías nos dio y nos hizo sentirnos orgullosos de ser peruanos.

No tengo la suerte de haber conocido a Sofia Mulanovich, Claudia Llosa, Magaly Solier y Kina Malpartida. ¿Qué tienen en común ellas? Pues, todas son excepcionales mujeres peruanas que en los últimos años nos vienen dando tantas alegrías y haciéndonos sentirnos orgullosos de haber sido concebidos en vientre de madre peruana.

Y tampoco tengo la suerte de conocer personalmente a Daysi Cori y tal vez muchos de ustedes ni siquiera por referencia. Y ¿qué tiene de común Daysi con las anteriores? Pues, es una excepcional mujer (adolescente) peruana que viene dándonos también alegrías nos dio y haciéndonos sentirnos orgullosos de ser peruanos.

Así que esta es solamente una pequeña nota para rendir homenaje a otra mujer peruana que se ha acostumbrado a llenarnos de orgullo y que tal vez pocos conozcamos.

Su nombre es Daysi Cori, ajedececista, tiene 15 años de edad y acaba de convertirse en la primera y única Mujer que ostenta el grado de Gran Maestra Internacional Femenina (GMF).

Algunos de sus lauros son: Campeona Panamericana de Ajedrez en Cali, Colombia, (junio 2008), Campeona Mundial de Ajedrez Escolar de Singapur, categoría sub 15 (julio 2008) y, sólo hace unos días, el domingo 12 de abril de 2009, Daysi en el Torneo Internacional La Roda, en España, su tercera norma para ser Gran Maestra Femenino (WGM en inglés). (*)

Daysi marca un hito en la historia del ajedrez peruano, pues es la primera o mejor dicho la única GMF que tiene el país y la más joven de Sudamérica.

¿Qué sería de nosotros sin nuestras mujeres? ¿Qué sería de nosotros si sólo dependiéramos de los "Hombres de Acero"… o sea, la selección de fútbol… los "Hombres de Acero"… ustedes saben… 3-0, 5-0, 6-0…

Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz.

(*) http://www.peru.com/deportes/sgc/portada/2009/04/14/detalle30000.aspx

Fujimori y la autoestima nacional

Leí esta mañana este excelente artículo publicado ayer en El Comercio y no resistí la tentación de compartirlo con ustedes. Demás está decir que coincido con el autor, pero no está demás traerles a la memoria la foto que ven. En ella, Fujimori y Montesinos aparecen en la salita, la misma salita en donde se repartía el dinero de los peruanos a los políticos tránsfugas, dueños de diarios y revistas, artistas, etc, a cambio de su fidelidad y lealtad a un gobierno que se hacía cada vez más corrupto.

Lo especial de esta foto es que en ella Fujimori y Montesinos -en aquellos momentos que creían estar más allá del bien y del mal-aparecen con el mismo traje y corbata, haciéndonos saber que tenían una alianza indisoluble y que a todos, nos guste o no, nos tenía que quedar claro. Hay otras fotos que no he podido conseguir, pero seguro las recuerdan, como aquella en la que Fujimori levanta una enorme yuca ante las cámaras de televisión dejando claro que la la yuca (la trasngresión de la legalidad, la fuerza, el engaño y los hechos consumados) quedaría elevada a la categoría de estrategia política. Esa yuca que, como escribió, Gonzalo Portocarrero, "... era a veces patente en el propio rostro de Fujimori, en sus ojos de triunfo y en su risa contenida, en esa expresión "cachacienta" y burlona con la que apenas podía contener la afloración obscena del goce de la pendejada. "Se las metí (a todos)". (*)

No hay felicidad ni éxito personal sin autoestima. Y lo mismo podemos decir los pueblos.

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La cura, ¿peor que la enfermedad? Fujimori y la autoestima nacional
Por: Fernando Berckemeyer, Abogado
Más allá de la discusión acerca del nivel de certeza con el que se probó (o no) su participación en los crímenes contra los derechos humanos por los que ha sido condenado, resulta sorprendente el nivel de apoyo que todavía tiene Alberto Fujimori en nuestra sociedad. Porque Fujimori, además de presidir el gobierno que objetivamente acabó con el terrorismo y la hiperinflación escatológicos de los ochenta, también acabó, eficacísimamente, con las instituciones que existían para dividir el poder y garantizar nuestros derechos —los de todos y cada uno—, hasta que no hubo en el Perú proceso judicial ni administrativo importante que se resolviese en contra del querer de sus lugartenientes, ni (salvo excepciones) prensa que nos informase de nada contrario a sus intereses, ni Jurado Nacional de Elecciones que contase nuestros votos, ni contralor que controlase sus gastos, ni Congreso que lo fiscalizase, ni Tribunal Constitucional, ni nada que no fuese su voluntad.
Es decir, nos salvó de estar a la merced del terrorismo y la hiperinflación, como dicen sus admiradores. Pero solo para que pasásemos a estar a su merced.
Una vez nos tuvo ahí, no ejerció discreción alguna en su desprecio. No es hipérbole: está todo grabado, surrealistamente.
Nuestros representantes eran comprados con maletines de dinero para que hicieran solo lo que él quería. A nuestros periodistas les dictaban "las noticias" que nos contarían a cambio de más maletines. Nuestros generales recibían sus órdenes del espía que fuese declarado traidor a la patria y cobraba cupos a narcotraficantes. Y nuestros empresarios negociaban su apoyo al presidente a cambio de que la justicia les resultase propicia.
Sin embargo, a nadie trató Fujimori con más desprecio que a los más pobres. A ellos los trató con pan y el baile del "Chino", pan y diarios chicha para los instintos más rastreros, pan y Laura Bozzo, pan y colegios sin profesores, pan y tecnocumbia, tecnocumbia y fraude electoral; convirtiendo al Perú en una especie de gigantesco Trampolín a la Fama (pero sin la calidez de Ferrando), donde los pobres entregaban su dignidad a cambio de regalos.
Es decir, nos salvó, pero para pasar a envilecernos.
Por eso el fujimorismo es un excelente termómetro de nuestra falta de autoestima como sociedad. No es coincidencia que sus núcleos más duros de apoyo estén en los sectores más altos (donde muchos no creen en nuestra viabilidad como sociedad libre) y en los más bajos (donde a tantos otros se les ha enseñado que el bienestar es algo que decide regalarnos un todopoderoso papá-gobernante).
Y es que hay que tener poca autoestima para contentarnos con que nos tengan seguros y bien (o al menos, mejor) alimentados, pero sometidos, desinformados y sin más derechos que los que nuestro "protector" nos quiera reconocer, como tiene al ganado su pastor. No en vano lo que el gobierno de Fujimori atacó sistemáticamente —nuestra libertad y nuestra capacidad de pensamiento propio (cuando buscaba comprarnos y cuando buscaba embrutecernos)—son acaso las dos cosas que más definen nuestra dignidad de seres humanos.
Con el fujimorismo no se juegan, en el fondo, como muchos parecen creer, solo valores abstractos como la institucionalidad o el derecho. Se juega algo tan personal como la piel que nos cubre y tan básico para el desarrollo como la seguridad y el crecimiento: nuestro autorrespeto.

(*) Recomiendo leer: "El "caballazo", la "yuca" y la "patada" de Gonzalo Portocarrero, disponible en: http://gonzaloportocarrero.blogsome.com/2008/05/29/el-caballazo-la-yuca-y-la-patada/

jueves, 9 de abril de 2009

Mi encuentro con Leopoldo Dante Tévez, más conocido como Leo Dan





La vida, dice el gran Facundo Cabral, es el arte del encuentro.

¿Cómo se sentiría si un día, sin siquiera imaginarlo, se encuentra cara a cara con uno de sus ídolos?

Eso mismo me ocurrió hace algunos años cuando, gracias a una llamada de última hora para saludar a mi amiga Maite por su cumpleaños, fui invitado a una cena en su casa. Corría el año 1995 y Leo Dan se encontraba en una de las tantas giras que suele hacer por el Perú, en donde lo queremos tanto.

Llegué puntual a casa de mi amiga y minutos después escuché la conversación telefónica que ella tenía con alguien a quien llamaba “Leo”. Luego de explicarle como llegar a su casa, colgó el aparato y dijo para todos:

“Ya viene Leo Dan”.

Y yo no le creí. Es una broma pensé. Pero, media hora después lo vi cruzar el umbral de la puerta de esa casa. No era broma, Leo Dan estaba allí. El héroe de mi infancia, el artista que conocí acompañando a mi madre al cine, el cantautor de las canciones más tiernas que uno se pueda imaginar, estaba allí. Acompañado de su primera guitarra y director musical y dos de sus coristas, el gran Leo Dan, mi héroe, estaba allí.

Hay quienes dicen que no es bueno conocer a los héroes e ídolos, en especial los de la infancia, sin correr el riesgo de decepcionarse. Pero, ¿qué podía hacer yo? Yo no lo había buscado. El destino me lo puso al frente.

La imagen que siempre tuve de Leo Dan estaba ligada a la ternura de sus composiciones y a la calidez de su voz, a su condición de provinciano (como yo) y muchachito ingenuo. Ese era el Leo Dan que yo tenía en mente y corazón y que, de pronto, se me presentaba con fácilmente 15 kilos extras y muchos años más.

Todos, al verlo, sin darle oportunidad de respirar, corrieron a él a pedirle autógrafo que él firmó uno tras otro así, en una sola línea:

“Con cariño. Leo Dan”

Yo, músico y actor aficionado y tal vez por eso un poco más sensible que los demás, espere que todos dejaran de acosarlo, para acercarme y decirle:

“Hola Leo, yo soy Julio. ¡Es realmente un gran placer conocerte!”

Leo sonrió tiernamente y respondió con humildad:

“!Gracias, Julio! Espero no decepcionarte.”

Y la fiesta continuó. Después de comer y beber nos sentamos en la pequeña sala hablando de muchas cosas y hasta contamos algunos chistes. De hecho, el mismo Leo Dan contó un chiste sobre su pueblo en Santiago del Estero:

“Mi pueblo es un lugar pequeñito –dijo- y cuando y era niño a mucha gente realmente no le gustaba trabajar. Imagínense que cuando alguien se moría, en la lápida, en lugar de escribir: Aquí Descansa en Paz, escriben: Aquí sigue descansando…”

Jajajaja…. Me hizo reir mucho y seguimos contando chistes y riendo hasta que Maitecita empezó a pedirlele una y otra vez a Leo Dan:

“Leo, por favor, ¡Canta Mary es mi Amor!”

El, con mucha cortesía, se disculpaba respondiendo que no podía porque tenía agotada la voz y tenía dos conciertos diarios por los próximos 7 días y que, por favor, le disculpáramos.

Tanto insistió Maite que Leo tuvo que pedirle a su guitarrista:

“Che, flaco, traéte la guitarra y cantate algo”

Y el flaco trajo la guitarra y cantó varias canciones, hasta que yo no puede aguantarme y le pedí la guitarra.

“Leo –le dije atrevidamente- voy a cantar tus canciones”

Y zas! Me lancé con Jamás podré olvidar, Mary es mi amor y Te he prometido, una tras otra, hasta que, al fina de la tercera canción, vi como la mirada de Leo se hacía más tierna y dulce mientras me decía:

“!Dame esa guitarra!”

Y allí empezó realmente la noche. Cantamos, cantamos y cantamos. Yo le hacía, lo0 mejor que podía, la segunda voz y él me animaba, mientras admirado repetía:

“Che, ¡vos te conocés todas las letras!

Una hora, dos horas, tres horas… no sé cuánto tiempo hemos cantado juntos y por momentos hasta abrazados como dos buenos amigos de la adolescencia recordando fiestas, borracheras y amores del pasado. Hemos cantado hasta que él le dijo al guitarrista:

“Flaco, tocate esa que canta Cafrune y que me gusta tanto.”

“Y vos –me dijo desafiante- esta si que no te la sabés.”

El flaco, entonces, se echó a tocar “Coplas del payador perseguido” un hermoso poema-canción que tiene más de 10 estrofas de 6 versos cada una, cantadas y recitadas, con acompañamiento de guitarra. Y yo, claro que me la sabía… si Jorge Cafrune es uno de mis favoritos y las coplas del payador ese ¡una de las que más me gustan!

Así que la cantamos junto una vez más, hasta que llegamos a una de las últimas estrofas que dice:

“Cantor que cante a los pobres
Ni muerto se ha de callar
Pues donde vaya a parar
El canto de ese cristiano
No ha de faltar el paisano
Que lo haga resucitar.”

Leo Dan, entonces, me hizo callar y pidiéndole son una señal que endulzara los arpegios de la guitarra, cantó esto mirándome:

“Cantor que cante a los pobres
Ni muerto se ha de callar
Pues donde vaya a parar
El canto de ese cristiano
No ha de faltar el Peruano
Que lo haga resucitar.”

Está demás decir que tanto él como yo y los amigos estábamos visiblemente emocionados. Él porque debe ser super bonito para un artista de su sensibilidad y ternura conocer a alguien 20 años (o más) menor que siente sus canciones como propias, hasta el fondo del alma. Y yo porque mi héroe seguía siendo mi héroe y había resultado ser tal y como me lo había imaginado desde mi niñez.

Pero, como todo lo bueno (y lo malo) termina, porque lo único permanente en esa vida es el cambio, Leo Dan empezó a despedirse y fue recién, en ese momento, cuando decidí pedirle un autógrafo. Le dije:

“Leo, quiero pedirte un autógrafo. Pero no es para mí, sino para mi mamá. Yo te conocí por ella y ella te admira muchísimo. Hazle un autógrafo a ella. Su nombre es Jael”

Leo Dan tomó entonces la hoja de papel que le di y escribió una larga y amorosa dedicatoria para mi madre que me la entregó no sin antes doblar la hoja en dos y estrujarla con las dos manos contra su pecho y corazón.

Y ya sin tener más que decirle, me despedí de él diciéndole:

“Gracias, Leo. ¿Sabes qué? ¡No me decepcionaste!”

Entonces, el enorme ser humano ese que es Leopoldo Dante Tévez, nacido el año del Señor de 1942, originario de Estación Atamisqui, Provincia de Santiago del Estero, en el hermoso país de Argentina, más conocido como Leo Dan, me abrazó por unos segundos, me dio un beso en la frente y se despidió diciéndome:

“Que Dios te bendiga”.

Las lecciones del mega juicio

El martes 7 fue un día histórico para el Perú.

Quiero advertirles que estoy seguro de que la mayoría de nosotros conocemos de corazón esos “por qué”, pero que, por alguna razón, les aplicamos la ley de hielo.

La primera razón es que este juicio fortalece la cultura de rendición de cuentas, o responsabilización como la llaman los académicos hispano-parlantes o accountability, como lo hacen los anglo-parlantes. O sea, todo funcionario público, y el presidente de la república lo es, tiene la obligación de rendir cuentas, y no sólo el dinero público utilizado sino sobretodo por el impacto que causó los actos u omisiones de su gestión en los ciudadanos de a pie.

La segunda razón es que el juicio ha colocado la vara mucho más alta de donde se hallaba antes de que empezara el proceso al ex presidente. Esa vara de la que hablo es el estándar de justicia del país y la forma como ha sido llevado ese juicio ha evidenciado que en el sistema judicial peruanos sí es posible terminar un juicio super complejo en menos de 3 años respetando los derechos de los procesados y las garantías de la administración de justicia, y no en 20 ó 30 años como muchas veces ha ocurrido. Piénsenlo, ¡tenemos una referencia pública y filmada!

La tercera es el hecho de que la perniciosa cultura del secreto ha recibido más de una patada en la ingle y todos hemos sido testigos de cómo se llevó el juicio y tenemos derecho, por ende, a exigir un tratamiento similar si, Dios no quiera, debemos someternos al sistema judicial peruano.

Si la sentencia condenatoria a Fujimori es confirmada o si la pena es reducida, aumentada o mantenida en 25 años es irrelevante. Tenemos una referencia y, por ende, si nuestro derecho es violentado por el sistema judicial, tenemos de donde agarrarnos fuertemente para acudir a los tribunales internacionales para hacer que se respeten.

Trabajé como practicante de derecho y abogado litigante entre 1983 y 1990 y créanme, sí que pude ver muy de cerca las miserias del sistema judicial peruano.

Por eso no siempre me llamó la atención que Fujimori hubiese salido siempre bien librado de sus encontrones con la justicia peruana. Hagamos memoria, por lo menos hasta donde sabemos.

El primer round del encuentro Fujimori-Justicia peruana empezó antes de 1990 con su vinculación a un grupo de casos que concluyó el día del golpe de Estado con los robos de los expedientes que estaban en el Palacio de Justicia, tal como fue denunciado por una revista local en esos días. Fujimori 1-Justicia peruana O.

El segundo round fue el juicio de divorcio por causal que inició a Susana Higuchi en 1995, tiempo después de que ésta denunciara la apropiación ilícita de donaciones provenientes del exterior. Con todo el sistema judicial cooptado, comprado y sometido, fue el juicio de divorcio por causal más rápido de la historia!! Fujimori 2-Justicia Peruana 0.

Hasta este momento del pugilato, el luchador de ascendencia asiática había expresado su complacencia con los jueces y el árbitro. Estos, por su parte, han hecho oídos sordos a las quejas de la contendora sobre golpes bajos, escupitajos, uso de armas vedadas, mordidas de oreja, rodillazos, etc.

En el tercer round, la justicia, mejor preparada y experimentada y una hinchada fervorosa en las tribunas, integrada por entusiastas jóvenes peruanos, organizaciones de defensa de los derechos humanos locales e internacionales y gobiernos extranjeros, subió al ring para encontrar que estaba vacío y que su oponente, sabiendo que esta vez no tenía al árbitro y los jueces a favor, había huido denunciando que los jueces y el árbitro le tenían cólera, que estaban comprados y que no había garantías.

La pelea fue suspendida por varios años. Hasta que llegó el cuarto round.

El cuarto round es éste que hemos visto, el del juicio por violación de derechos humanos. El ex presidente fue subido al ring contra su voluntad, tratado con cortesía e independencia y está a punto de perder la pelea por knock-out.

Por eso, queridos amigos, creo que el martes 7 fue un día histórico para el Perú. Por eso creo que los estándares que el juicio a Fujimori ha establecido nos acerca a los estándares internacionales mínimos de justicia.

Para hacerla simple, hagamos un ejercicio de sinceridad, encendamos la pantalla imaginaria de nuestra memoria, volvamos a ver esos 4 rounds y preguntémonos ¿cuál de los cuatro rounds fue el más justo?

viernes, 3 de abril de 2009

Besique necesita una “Mente brillante”

La película "Una mente brillante" cuenta la vida de John Nash, un genio de las matemáticas, ganador del Premio Nóbel, que toda su vida (sobretodo su etapa adulta) luchó en contra de una terrible enfermedad (esquizofrenia).

John Nash recibió, en la vida real, el premio Nóbel gracias al descubrimiento que hizo de una fórmula que revolucionó la teoría económica y cuyo aporte y lección principales podrían resumirse en esto: La cooperación, tan importante en los trabajos de equipo, es siempre la mejor solución.

Y es el caso que hoy, mientras leía un artículo sobre los problemas y perspectivas de Rusia frente a la actual crisis financiera mundial, encontré una frase que me transporto ipso facto a Besique. La frase dice:

"El nuevo modelo económico (de Rusia) que podría emerger serán una mixtura de lo peor del sector privado y lo peor de la esfera pública".

De inmediato voló mi memoria a algunas frases del artículo que titulé "Besiquenstein" y descubrí que en este momento podría acertar con respecto a Besique diciendo lo siguiente:

"El nuevo Besique estuvo a punto de ser una mixtura de lo peor del sector privado y lo peor de la esfera pública".

Aclarando, les diré, el sector privado son los invasores, esos inversionistas, amantes del capitalismo salvaje, que desdeñan las leyes y actuaron sin consideración por nada y por nadie. La esfera pública, por su lado, se refiere a lo gobiernos locales (provincial y distrital).

Y esto ¿por qué es así?

La invasión se produjo por el estado de abandono en que ha estado sumido Besique por décadas. Simple y concreto. Es la historia del Perú en pocas palabras: un Estado que se desentiende de zonas geográficas enteras y un sector privado salvaje que se apropia de esas zonas de la misma manera que se hizo en la salvaje colonización del Oeste norteamericano (ojo que no digo "la colonización del salvaje Oeste…" sino todo lo contrario) y la conquista. Es decir, un Estado y gobiernos locales que haga sentir su presencia, no sólo cobrando peaje, sino sobretodo creando infraestructura básica que aliente el desarrollo armonioso y ecológicamente respetuoso de la playa y salvaguardando amplios espacios públicos, para que Besique no se convierta en ese monstruo deforme que es, por ejemplo, Máncora, en donde los espacios agradables ya han sido copados por unos cuantos hoteles y el pueblo es un desastre total.

O tal vez, en el mejor de los casos, Besique se convierta en ese diminuto pedazo de playa que es San Germán en Tortugas? ¿Recuerdan esta última? San Germán solía ser mucho más amplia y por lo tanto había mucho más espacio para gozar. Yo fui testigo de cómo ciertas familias chimbotanas literalmente "invadieron" más del 50 % del espacio de arena de esa playa hasta dejarnos ese espacio ridículo que tiene ahora. La primera fue una casa muy grande de paredes blancas que luce como castillo y luego las demás, cuyos dueños, más avezados y tal vez con más dinero, construyeron delante de ella. Eso mismo y algo mucho pero iba a ocurrir con Besique si la invasión era un éxito.

No hay otra explicación y la pregunta que surge es: ¿Se hará algo? ¿Entenderán las partes sus lecciones?

¿Entenderá los frustrados invasores que no pueden actuar como choferes de combi asesina y que existe un Estado de derecho que hay que respetar por amor al país, a la región y a la vida?

¿Entenderán los gobiernos locales, el Estado, que esta invasión es una clara señal de que el sector privado ha visto que Besique tiene potencial y que todo lo que hay que hacer es canalizar esa iniciativa privada para que todos –ciudadanos, empresarios y Estado-, salgamos ganando?

Entendámoslo de una vez por todas: las únicas relaciones que dan sentido a la vida, para bien o para mal, son las humanas. Es nuestra elección el cómo vivimos esas relaciones y no hay muchas opciones, sino sólo dos: o cooperamos entre nosotros o nos saboteamos y destruimos mutuamente invadiendo o simplemente siendo indiferentes.

¿Tendrá Besique su "Mente Brillante" o será una de esas playas que miraremos desaparecer bajo toneladas de concreto, bares de mala muerte y tráfico infernal?

¿Saben qué? Me encantaría, en unos años, volver donde mi viejo maestro y decirle: "Profe! Se equivocó! En la provincia de El Santa también crecemos por planificación!"

miércoles, 1 de abril de 2009

¿Besique o Besiquenstein?


(Hacer click en el título para abrir un video que muestra claramente el problema)

Hay una historia que cuenta de un hombre que caminaba por un sendero y de pronto, al costado de camino, encontró un espejo abandonado. Lo levantó, lo miró y dijo: “¡Qué horrible! ¡Con razón lo tiraron!” (J. Bucay)

Eso mismo fue lo que sentí cuando leí la noticia de la invasión de Besique, la playa en la que pasé algunos de los momentos más hermosos de mi vida y, como yo, muchos chimbotanos. Balneario desértico y salvaje, rodeado de colinas arenosas y empinadas y una ventisca que se levantaba cada día pasadas las 5 de la tarde.

Se que hasta aquí Besique suena como cualquier otra playa del Perú y, entonces, que tenía de especial… pues, eso, que era una playa del Perú, de todos. Besique era como Chimbote, pues al igual que nuestra ciudad, allí no habían puertas selectas ni prohibidas que cruzar, de hecho, no habían puertas, era sólo nosotros y la playa.
Y Besique era especial, y aún lo es, porque fue la única bahia limpia cerca de Chimbote, luego de que los industriales pesqueros nos arrebataran una de los balnearios más hermosos del Pacífico, la Bahía de Chimbote, contaminándola hasta la saciedad. Así, la hermosa y cristalina Bahía de Chimbote, en donde mi padre, magnífico nadador, se ganó el apelativo de Lobito de Mar, se convirtió en Waikaka o Cacapulco, como bromebámos de chiquillos, impotentes.
Pero, como Dios es peruano, y nació en Chimbote, siempre nos quedó Besique, a sólo 20 kilómetros del centro de la ciudad. Y allí, yo, como muchos, me enamoré, jugué encarnizados encuentros de fulbito playero, disfruté alucinantes fogatas en las que cantaba con la guitarra de Nilo Velarde hasta quedar afónico. Todo esto y más era lo que tenía en mi memoria.

Pero hoy recibí el correo fatídico: “Besique ha sido invadido y lotizado”.

Nuestra playa, la de todos, sería en breve tiempo de unos pocos. Besique ha sido invadido.

Qué pena, realmente...

Han pasado casi 20 años y sigue vigente lo que me dijo una vez un maestro:

"Una de las desgracias de nuestro país es que nunca ha crecido por planificación sino solamente por invasión".

Parece que las dos partes –invasores y gobiernos locales- se hubiesen confabulado y que a ésos les resultara más cómodo esperar que invadan para, a partir de allí, intentar organizar una suerte de centro poblado que siempre parece una especie de mutación urbana o monstruo de Frankenstein armado con sobras, retazos y miembros de otros cuerpos.

Eso fue exactamente lo que ocurrió, por ejemplo, con Máncora. Una playa preciosa que ahora suena, huele y sabe a la paradita del puente de la Avda. Galvez, caos absoluto, drogas, menores de edad alcoholizados, violencia y delincuencia. Besique, en todo caso, ya había sido abandonado a su suerte hace mucho por la municipalidad de Samanco, a la que le importó muy poco que una playa tan bonita se convirtiera en ese lupanar nocturno en que se convirtió en los años 90.
La otra mirada que se puede dar al hecho de la invasión de Besique es que, si es verdad que muchos de los invasores son personas adineradas o “empresarios”, entonces, que Dios nos pesque confesados… ¿se dan cuenta de la calidad de “empresarios” o “inversionistas” que tenemos en la región?

La invasión de terrenos del Estado o de propiedad ajena, como parece que lo son, es un delito y me cuesta creer que el alcalde de Samanco se siente a negociar con los invasores. Sólo me queda decir en voz alta y clara, como dirían los gringos: “¡Es el Estado de derecho, estúpido!”
No aprendemos. Una vez más, la invasión se impone a la planificación y la economía se convierte en el pretexto perfecto para que unos cuantos ganen y todos los demás perdamos. ¿Por qué nos cuesta tanto entender que si gano únicamente yo, en realidad no gano, sino que pierdo?
¿Por qué?
Simple, porque todos los que perdemos también somos parte del circuito económico y si perdemos, dejamos de consumir y entonces allí pierdes tú, a corto o largo plazo, pierdes! Y pierde la ciudad y el país pues la economía capitalista se basa en el dinamismo y no en el atesoramiento mercantilista de riquezas en unas cuantas manos en desmedro de todos los demás. Una vez más, como dirían algunos autores gringos: “¡Es la cadena de pagos, estúpido!”.
Y, por último, si tu instinto invasor y una buena repartición de tajadas te permite estar por encima de las leyes, entonces, pierde la playa, la estética del paisaje, la sociedad, el planeta… o mejor dicho: “Es el medio ambiente, estúpido!”

Pero claro, siendo Besique tierra de nadie desde hace mucho, sólo nos queda esperar a ver que resulta de este giro en la historia de nuestra región.

¿Qué sentiremos la próxima vez que vayamos a Besique?

¿En cuantos espejos tirados en el piso nos veremos?

¿Cómo llamaremos a esta criatura?

¿Asentamiento Humano Besique?

O ¿Besiquenstein?

¿Mal traducido o sin traducir?

Es miércoles por la mañana y recibo vía correo electrónico el pedido desesperado de una amiga que trabaja en una agencia estatal de Georgia.

Ella suele trabajar con documentos traducidos del inglés al español que son presentados por usuarios de origen hispano monolingües y, lógicamente, es inevitable que, al leerlos, no deje de notar oraciones sin sentido o palabras mal traducidas.

La pobre se quejaba de que muchos traductores se aprovechaban de los inmigrantes hispanos cobrándoles buenas sumas de dinero por traducciones muy mal hechas. Así, por ejemplo, nos contaba que una vez le había llegado un documento en el que el "traductor" había escrito "Sexual battery" como equivalente a "Batería sexual" en lugar de "Agresión sexual" como debe ser en realidad y otras "bellezas" por el estilo. Ella había devuelto el trabajo mal hecho con sus sugerencias y el "traductor certificado" le había respondido con una carta muy escueta remitiéndole su lista de clientes.

De inmediato vino a mi memoria uno de los capítulos del libro "La Ola Latina: como los hispanos están transformando la política en los EEUU" de Jorge Ramos. En él, el autor sostiene que los hispanos de los EEUU no tienen la obligación de hablar bien el idioma español, pues ellos no viven en España ni en América Latina y es natural que lo hablen diferente. ¿Y saben qué? Estoy en total desacuerdo.

Y estoy en desacuerdo no sólo por lo espantoso que suenan palabras como "puchar el botón" (push the button), "llámame para atrás" (call me back) o "le vacunamos sus carpetas" (we vacuum your carpets), sino porque he sabido de casos que han resultado en serios daños y perjuicios para inmigrantes hispanos como consecuencia una mala traducción de una frase o palabra. Pongámonos en los zapatos de un inmigrante que necesita un traductor o intérprete que sea muy preciso para entender cuáles son las consecuencias legales de los contratos que firma o de las declaraciones que hace y las decisiones que toma ante un tribunal civil o penal. Las consecuencias podrían ser desastrozas.

Por otra parte, el idioma que traemos de casa es mucho más que una herramienta de comunicación, es nuestra cultura o parte importante de ella. Y a mi no me agrada que me la nieguen.

¿Qué es mejor entonces? ¿Mal traducido o no traducido?

Definitivamente, mi preferencia es "bien traducido o nada".

¿Por qué?

Porque así me esfuerzo en aprender el idioma extranjero con todos los beneficios económicos, sociales, y culturales que ello implica. También porque así los hispanos dejamos de ser vistos como aquellos a los cuales se les puede da un servicio pésimo, meterlos en problemas y cobrarles igual. Aunque claro, la salida es una avenida de doble vía. El "traductor" podrá seguir intentando aprovecharse de nosotros dándonos malas traducciones, pero dependerá de nosotros aprender lo suficiente de inglés para poder decirle que "sexual battery" no es "agresión sexual" y que nosotros, los peruanos, no "puchamos botones" ni "llamamos pa' tras", sino que, en todo caso, los "machucamos" y devolvemos la llamada.

En pocas palabras, en su casa hable como quiera pero, si usted vive en los EEUU y no conoce nada del idioma inglés, no negocie con su idioma –sea cual fuere- u ocúpese de aprender inglés porque el respeto de sus derechos y sus posibilidades de inserción y éxito en este país (y en cualquier parte) dependen directamente de que usted pueda entender a cabalidad lo que le dicen.

Posdata:

Mi amiga, siguiendo una recomendación mía, terminó con la discusión entre ella y el "traductor" enviándole a éste una fotocopia de las páginas pertinentes del Diccionario de la Lengua Española, popularmente conocido como "Mataburros", en cual se dice: "Agresión. Acto contrario al derecho de otro" y "Batería. Conjunto de piezas de artillería para hacer fuego al enemigo," y otras acepciones ligadas a la electricidad y a la música.

Y junto a esa fotocopia, mi amiga añadió una brevísima nota que contenía los datos de contacto y la página web de la Real Academia Española (http://www.rae.es/rae.html) con el pedido siguiente: "If you disagree with the information provided in this document, please, contact them..."