jueves, 27 de diciembre de 2012

Cuando bebas, recuerda la fuente: ¡Gracias 2012!




El 31 de diciembre de 2012, entre las 11.50 y 11:59 horas tendrás la oportunidad de cambiar tu “suerte”.

La fórmula es simple: usa los días del año para despedirte del 2012 con gratitud.

No importa lo que haya ocurrido, o lo que hayas perdido, agradece a la vida, al Universo o al Dios en el que creas, por el simple hecho de la vida misma.

Si te pasaron cosas “malas”, no digas con amargura “adiós horrible 2012” o “lo único que quiero es que se acabe este año de m… y que el próximo año sea mejor que éste.”.

La vida es lo que es, no es buena ni mala, simplemente es.

Tú eliges el calificativo, buena o mala, correcto o incorrecto, bonito o feo, poco o mucho… tú lo eliges y esa elección llenará tu espíritu de insatisfacción y amargura o de gratitud y paz. Y ese será tu estado espiritual el resto del año. ¿Sabes por qué? Porque tu alma no es otra cosa que la materia prima fundamental con la que construimos cada día de nuestras vidas.

Por eso, cuida tu alma porque es de ella de donde sacas las formas de ser que te harán feliz o infeliz.

Hay un proverbio chino que dice: "Cuando bebas agua, recuerda la fuente".

La fuente es tu alma. Cúidala, porque, quieras o no, estés de acuerdo o no, te guste o no, tu alma es siempre una fuente de algo, de amor, de alegría, de resentimiento o de paz o de lo que tú decidas llenarla. Porque somos fuente de lo que estamos llenos. Si estás lleno de insatisfacción y amargura, serás fuente de insatisfacción y amargura; si estás lleno de gratitud y paz, serás fuente de gratitud y paz.

No podemos dar lo que no somos ni lo que no tenemos. Somos fuente de lo que estamos llenos.

Por eso, no llegues al 2013 diciendo “adiós horrible 2012” o “lo único que quiero es que se acabe este año de m…, y que el próximo año sea mejor que éste” porque estarás sembrando las semillas de tu propia infelicidad.

Mírate en el espejo de nuestros hermanos artistas hispanoamericanos y chilenos que, luego del terrible terremoto que les azotó, frente a todo ese dolor y destrucción, penas, lágrimas y sufrimiento... eligieron la canción "Gracias a la Vida" como tema de su campaña de reconstrucción!

Eligieron decir "Gracias, Vida” o “Gracias, Dios” o “Gracias, Universo” por los buenos momentos, por lo mucho o por lo poco, por las lágrimas y por el llanto, las risas... Pudieron elegir lamentarse. Pero no, ellos eligieron agradecer a la Vida por la Vida misma. ¿Tienes dudas de que les irá bien el 2013? Con esa materia prima, ¿tienes duda de que les irá bien?

Esta noche, cuando llegues casa, escucha con los ojos cerrados la canción “Gracias a la Vida” (la pongo abajo para que no tengas que buscarlo)




Y cierra los ojos para que puedas sentirla con la piel y el corazón. Es una canción que es mucho más que una canción. Es una oración que nos muestra los milagros que ocurren cada día en tu vida.

Así te reconciliarás con la Vida, que es después de todo, reconciliarte contigo mismo, porque, si lo ves con cuidado, ni tu ni yo tenemos una Vida… sino que SOMOS LA VIDA.

Hónrala y te honrarás a tí mismo. Cúidala y te cuidarás a ti mismo. Agasájala y te agasajarás a i mismo. Y lo demás vendrá por añadidura.

Faltan pocos días para el 1 de enero de 2013. Perdona las ofensas recibidas, o al menos hazte el propósito de perdonarlas y, sobre todo, de perdonarte. Prométete que te vas a tratar con cuidado, que nos vas a dejar que se instale en tu alma la amargura, que te vas a tratar mejor; y que vas a empezar el 2013 con el alma llena de agradecimiento a la Vida “que me ha dado tanto”.

Y a todos aquellos que hicieron algo por ti, por mínimo que haya sido, reconócelos, agradéceles. Sólo así tendrás una posibilidad de que el 2013 sea un año mejor.

Cuida tu alma y no necesitarás revoluciones. 

Cuida tu alma y estarás cuidando tu familia, tus hijos, tu trabajo, tu empresa, la empresa que te acoge, tus inversiones, tus sueños y tus proyectos.

Cuida tu alma y estarás cuidando tu vida y la vida de todos los demás. 

Y la fórmula es muy simple: usa los últimos días del año para despedirte del 2012 con gratitud.

martes, 25 de diciembre de 2012

El líder… ¿habla o escucha?




En la sociedad contemporánea, donde aún predomina la tendencia a darle más valor a hablar que a escuchar, al líder o presidente de una compañía o de un país, siempre se le pide que en las grandes ocasiones hable, que de un discurso, que diga algo. Nunca se le pide que escuche.

Con esta idea, empiezo mi  25 de diciembre revisando en los diarios las ofertas de cursos que me gustaría recomendar a mis seguidores este verano, practicando el hábito de la Renovación a que se refiere Stephen Covey en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.

Me encuentro con varios talleres y cursos que ofrecen capacitarme en “Oratoria y liderazgo”. Esto es, Oratoria, el arte de hablar con elocuencia; y Liderazgo, la capacidad de influir en las personas. Y me surge esta pregunta: ¿es que ser líder está asociado únicamente a hablar?

Veamos, comunicar lo es todo. No hay nada en esta vida que hagamos sin comunicar. Si fuésemos seres separados del resto de la existencia y la sociedad, tal vez podríamos sobrevivir sin comunicar. Pero no lo somos y, por el contrario, lo que hacemos cada segundo de nuestra vida es hablar y escuchar.

De allí que, un buen líder necesita ser un buen comunicador, es decir, saber hablar pero, por encima de todo saber escuchar.

Pero, ¿es así realmente en tu empresa, en tu ministerio? En el mío, no.

Mi tesis es que el cuerpo nos sirve para “escuchar”, mientras que la mente nos es útil para interpretar y juzgar si es favorable o desfavorable para nosotros lo que “escuchamos” y también, como un sub-producto imperfecto e inacabado, para hablar.

Y no me estoy refiriendo a hablar y escuchar sólo con otros seres humanos ni sólo con los oídos o con la boca, si no a hablar y escuchar en el sentido más amplio y natural de la palabra que abarca los cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Es decir que los sentidos nos sirven no sólo para percibir y observar el mundo tal como es.

Esta última afirmación la podemos ver a diario en las expresiones que, sin darnos cuenta, usamos cuando contamos a alguien más una experiencia. Decimos cosas como “me ha lanzado una mirada”, “se te escucha muy bien”, “esto no me huele muy bien”, “esta fruta tiene un sabor desagradable” y “tengo un nudo en la garganta”. Esto es que, a través de los sentidos, que son funciones corporales, “oímos” o, mejor dicho, “conversamos” con el resto de la existencia.

Pero hemos sido educados para hablar, no para escuchar. Estamos en una sociedad en donde el "hablar" es un derecho humano y escuchar no existe. Ese derecho es la libertad de expresión que, en sí misma, está basada en el hablar, en el expresarme, en decir algo, sin que exista el deber de escuchar. 

Así, todo el sistema político democrático, que se debe basar en el respeto al derecho, vida, intereses y sueños del Otro, está edificado sobre el hablar. Craso error, pues todos sabemos que muy poco beneficio trae hablar sin escuchar.

Escuchar es el pre-requisito de hablar.

La empresa que lanzó un producto exitoso al mercado primero tuvo que escuchar al consumidor usando las herramientas del marketing. Lo que el líder de tu compañía o de tu país tenga que decir sólo tendrá valor y legitimidad si antes ha escuchado al empleado o al ciudadano. Lo que diga un ministro o el presidente en un discurso oficial o frente a los micrófonos de la prensa, tendrá valor y legitimidad si antes ha escuchado al ciudadano. 

¿Cómo lograrlo? ¿Cómo crear en tu compañía, tu ministerio o tu país, una cultura de grandes lìderes Escuchadores?

Yo empezaría por cerrar algunos cursos de Oratoria y crear algunos talleres de “Escuchatoria y liderazgo” que me parece una asociación más natural.

domingo, 16 de diciembre de 2012

¿Cliente o ciudadano?



¿Cliente o ciudadano? es la pregunta que, entre los que prestamos servicios públicos, ocasiona encendidos debates.

Los partidarios de usar la palabra cliente en la función pública argumentan que, si bien la palabra es importada de la actividad privada, el ciudadano paga por un servicio público (sea como impuesto o como contribución) y ser concebirlo como cliente favorece la incorporación de las técnicas de marketing y, por lo tanto, de los estándares de atención y satisfacción del cliente de la actividad privada que son mucho mejores y más avanzados que los del sector público,

Por su parte, los que se oponen a usar la palabra "cliente" creen que es un error pensar en hacer marketing público desde el Estado y vaticinan que, si comenzamos a ver los ciudadanos como clientes, perderemos de vista la "razón de ser" del Estado (...) la cuestión de fondo, el propósito y función." (extraído de un debate en la redes virtuales) que es "generar valor público".

A mi me da la impresión que los segundos padecen de un prejuicio contra el marketing, el término cliente y cualquier otra palabra que provenga del mundo de la gerencia privada.Se enfocan en las etiquetas.

Yo estoy seguro que a los ancianos que tienen que hacer largas y tortuosas colas para atenderse en los hospitales públicos, no les va a importar la etiqueta que usen para ellos si las condiciones de atención mejoran. Y yo, personalmente (al igual que la inmensa mayoría de los peruanos) he sentido que mis derechos ciudadanos han sido mucho más respetados en la empresa privada que en el sector público (por ejemplo, en el sector privado nunca me han pedido coima).

Las personas, cuando nos relacionamos con el Estado, somos clientes, contribuyente, ciudadanos y usuarios según cuál sea la naturaleza de la relación:
  • clientes, cuando adquirimos un servicio por el cual pagamos una tarifa en ese preciso instante, Ej. duplicado de DNI;
  • contribuyentes, cuando pagamos el impuesto a la renta cada año o a las ventas cada vez que adquirimos un bien en el mercado, Ej. una bicicleta;
  • ciudadanos, cuando ejercemos un derecho o reclamamos el respeto de ese derecho al Estado, Ej. sufragio; y
  • usuarios, cuando consumimos o usamos un servicio cualquiera o utilizamos los espacios o infraestructuras públicas sin necesidad de pagar una tarifa en ese momento pues ya lo hemos hecho con nuestros impuestos.
Y es posible que alguien pueda hacer una distinción diferente a esta, pero nada conseguiremos embarcados en esta discusión.

Lo único que importa es que el servicio sea prestado de manera efectiva y la persona que lo recibe se encuentre satisfecha y bien atendida. En esto hay valor.

Como dijo Den Xiao Ping, no importa de qué color (o cuál es el nombre) del gato; lo que importa es que cace ratones. El liderazgo efectivo tiene mucho que ver con no estar atado a etiquetas.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Tiempo de cambios


Maestro -le dice el atribulado aprendiz al viejo - Muchas cosas nuevas e inesperadas han ocurrido últimamente en mi vida ¿cómo puedo saber cuando ha llegado el momento de hacer cambios? 

- Eres como un estudiante que desea rendir el examen final del 5to grado cuando la escuela está en receso y ya están a mitad de las vacaciones - dice el viejo sin mirar al joven aprendiz.

- ¿Cómo, maestro?  Qué quiere decir con eso-  pregunta el estudiante

- Quiero decir que ya lo sabes -le responde el viejo.

- ¿Ya lo sé? ¿Cómo es eso de que ya lo sé? - reacciona el aprendiz, entre perplejo e irritado.

- Claro, ya lo sabes, siempre lo has sabido. - insiste el sabio

- No lo sé, maestro. Y es por eso que vengo a buscar consejo. 

- No tengo consejo alguno que darte. Pero en realidad es muy fácil. Tú puedes elegir cambiar sólo una palabra de dos letras en tu pregunta y allí mismo encontrarás la respuesta. 

- ¿Cuál palabra? 

- Búscala

- A ver-analiza el joven - sólo hay dos palabras de dos letras: "en" y "mi".  No sé por cual podría cambiar "en". Pero, creo que sí podría cambiar "mi" por, por ejemplo "la"- razona el aprendiz.  

- Hazlo.

El aprendiz repite: 

- "Muchas cosas nuevas e inesperadas han ocurrido últimamente en la vida... en "la" vida! Eso suena diferente!" 

- Exactamente -sentencia el sabio- los cambios no ocurren en "tu" vida o "mi vida", si no en "la" vida. Y tú, siendo parte de ella, no estás viendo que en la vida el cambio es lo único que no cambia. 

- Es cierto- asiente el aprendiz.

- Así que los cambios, esas cosas nuevas e inesperadas de las que hablas, no son n nuevas ni inesperadas. Y ya ocurrieron. Y siguen  y seguirán ocurriendo. El "momento de cambios" que buscas en lo que llamas "tu" vida, es sólo el ejercicio tardío, fuera de plazo, de ponerte al día con la existencia misma y con el universo.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Conversación con mi papá un domingo por la noche




Nunca he visto a mi padre como una persona religiosa o apegada a sus ideas religiosas. De hecho, nunca lo he visto apegado a ningún tipo de idea metafísica que no sea la de la aceptación, la compasión, el perdón sin condiciones y rápido olvido de las ofensas recibidas.

Siendo un hombre mayor (84 años) con varios achaques que asume con total paz interior, nunca le he visto aferrarse a nada que no sea el amor hacia su familia (hoy insistió en ir a visitar a su hermana mayor -93 años- que está recuperándose de una delicada operación). 

Es decir, nada de iglesias ni curas ni gurús ni Papas ni "Para de sufrir" ni santos ni vírgenes. Y siempre me he preguntado "¿Creerá en Dios?". 

Y hoy, cuando de regreso a casa pasamos frente a un templo católico,  me di cuenta que nunca le había preguntado directamente sobre sus creencias acerca de Dios. 

Así que lo hice y esta fue, más o menos, la conversación entre mi papá y yo (mi padre es Ingeniero Químico... lo digo para que entiendan sus metáforas y referencias):

YO: ¿Tú crees en Dios?.

PAPÁ: Sí, sí creo.

YO: ¿Y cómo crees que és o qué crees que es? ¿Te lo imaginas como un señor con barba que vive en algún lugar allá arriba y que está en todas partes?.

PAPÁ: Yo me lo imagino como me lo enseñaron en la escuela y la iglesia (católica), pero ¿quien sabe si es verdad? Los budistas, los judíos, los chinos y los hindúes se lo imaginan como se lo enseñaron a ellos y ellos creen que eso es la verdad pero ¿quien sabe si es verdad?.

YO: Pero, ¿qué crees que es?  

PAPÁ: Dios está en los elementos de la naturaleza, como el carbono y el oxigeno, que son indispensables para que exista lo que llamamos Vida. Tú, yo, los gusanos, las formas más elementales de Vida, surgen del encuentro de los elementos. La Vida surge de la combinación de los elementos.

YO: ¿Pero que tiene que ver eso con Dios?.

PAPÁ: que esos pequeños milagros son Dios. Dios es la Vida, el milagro de la vida. Está en tí, en mí y en todos. Y está en todas partes, como en los elementos.

YO: En ese caso, ¿sería más correcto decir que "soy la vida" en lugar de "tengo una vida" que se acaba en algún momento?.

PAPÁ: Sí, por supuesto. Cuando morimos, volvemos a la tierra, volvemos a tomar la forma de los elementos, volvemos a ser abono, y damos origen a nuevos seres que son, a su vez, la Vida. Y así, la Vida, que es Dios, es eterna, nunca acaba. Siempre está presente. Dios es la Vida.

YO: TE AMO, PAPI LINDO. Eres mi Dalai Lama, mi Lao Tse, mi mejor maestro espiritual.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La lección de la piñata





La piñata es un juego muy divertido. Pero como lección puede ser terrible.

Los descubrí ayer en un cumpleaños al que fui con mi entrañable amigo Rafo y donde conocí varias personas, entre ellos a Miguel, motociclista, corredor de tabla y enamorado de una de las hermanas de la cumpleañera, a quien, a primera vista, percibí superficial y tonto, sobre todo por ese acentito pituco limeño que hace que los hombres terminen todas sus frase diciendo “puta, weoooonn” y las mujeres con el maxilar inferior descolgado para cerrar frases como “ay, qué bonita esta tu ropaaaaaa”.

Pero claro, también en ese momento era consciente de que esa percepción mía era producto de un paradigma que incubé hace años cuando llegué a vivir a Lima y conocí su rostro racista y pituco, por lo que igual entablé conversación él y el grupo.

Lo cierto es que, en medio de esa conversación, Miguel empezó a dar señales de que era un personaje que había aprendido ciertas lecciones y que sabía transmitirlas construyendo metáforas a partir de actividades que los peruanos hacemos siempre, sin reflexionar sobre el impacto que tienen sobre nuestros niños, futuros adultos, en manos de quienes estarán las decisiones que afectarán nuestra calidad de vida cuando seamos viejos.

- El juego de la piñata- dijo Miguel es terrible. ¿Te das cuenta lo que aprendemos en él?

- No realmente, ¿qué aprendemos? – le respondí.

- Que para conseguir algo que deseamos mucho (dulces, caramelos, chocolates, etc.) hay que agarrar a palos al que lo tiene. Y, cuando la preciosa carga esté al alcance nuestras manos, hay que pisotear a los demás, si es necesario, para conseguirlo. Punto. Es terrible.

En ese instante empecé a ser consciente de cómo habíamos sido yo y mis amigos cuando niños y jugábamos la piñata…  y sí, en efecto, así habíamos sido, cuando jugábamos a la piñata competíamos abiertamente por quien daba el golpe más duro, más violento. Muchas veces, inclusive, las piñatas tenían forma de seres humanos y había que romperles la cresta a palos. También importaba mucho quien se llevaba la mayor cantidad de dulces y caramelos. Esto era tanto así que, en una ocasión, uno de mis amiguitos simplemente saltó sobre la piñata, la arrancó del gancho que la sostenía ¡y salió corriendo con ella!

No sé qué pensarán ustedes, pero a mí me hace mucho sentido la observación de Miguel.

Los que trabajamos en el campo del desarrollo y liderazgo personal podemos ver cómo las personas vienen con el modelo de liderazgo que aprendieron cuando eran niños del juego de la piñata: 

Si deseas algo, violéntalo, fuérzalo, agárralo a palos. Sé el que pega más duro Si no lo haces serás un perdedor. ¿Cayeron ya los dulces deseados? Recuerda que  son escasos y muchos otros también lo desean, así que salta, empuja, arrebata y pisotea, ¡es supervivencia, es tuyo! Si no lo haces, serás un perdedor. Acumula la mayor cantidad de dulces y caramelos posibles. Ocúpate de no dejar nada para los demás. No interesa que no los puedas comer todos, lo que importa es que tengas más que nadie, que ganes y que los demás pierdan. Si no lo haces, serás un perdedor.

Y luego, cuando seas grande, y manejes un automóvil, una camioneta o una combi por las calles de Lima, o vayas al cine o a hacer un trámite, o empieces a tener citas románticas con otras personas, o empiezas a hacerte cargo de una familia o de tus padres ancianos, o trabajes en una empresa o para el Estado y, peor aún, cuando seas político, recuerda, nunca lo olvides, que es exactamente lo mismo: Pega duro, salta, empuja, arrebata y pisotea, acumula todo lo que puedas y ocupa cada espacio aún cuando no los precises ni puedas consumirlo, no cedas nada que los demás son unos debiluchos, tú siempre tienes la razón, lo único que importa es ganar y para eso, necesitas hacer que los demás pierdan. 

La cultura de la piñata, se me ocurre, es la cultura combi y la cultura del linchamiento mediático y físico, todo en uno.  Será por eso que siempre decimos, cuando alguien nos agarra de punto, que “nos agarraron de piñata”.

domingo, 23 de septiembre de 2012

¿El símbolo es la experiencia?




En la política como en el amor, el símbolo no es la experiencia. Les voy a contar una anécdota. Ocurrió en una reunión de trabajo con periodistas de otros sectores y empezó con este diálogo:

Periodista: "Y entonces la conferencia de prensa se frustró por que el ministro canceló su participación a último minuto y sólo vino el viceministro. Tú sabes, por protocolo tuvimos que sentar al viceministro no en la mesa de honor sino junto con el resto del público, en primera fila claro, pero igual no se quedó muy contento ni tampoco estuvieron contentos los otros ministros."


Julio: - "Y qué tal salió la conferencia?"

Periodista: Pésima (lo dijo lamentándose)

Julio: "¿Y por qué no lo sentaron en la mesa principal?" 

Periodista: "¡Por el protocolo pues! ¡él era sólo un viceministro!

Julio: "Claro, pero entiendo que era el especialista y que venía representando al titular, ¿o no?

Periodista: "Sí, claro! Pero era sólo un viceministro! y el protocolo dice que..."

Julio: ¿Y por qué simplemente no rompieron el protocolo?" -pregunté.

Periodista:  "¿Ah? este... ¿verdad, no? 

Y esta breve charla me llevó a estas reflexiones.

Para mí el fin del protocolo es facilitar la comunicación creando un contexto de cortesía y respeto, es casi un tipo de lenguaje que acordamos usar para evitar las interpretaciones y los malentendidos y para poder hablar de los problemas importantes sin tener que estar preocupándonos por defendernos o fijar posiciones.

El  protocolo es la herramienta, un paquete de reglas y símbolos, que buscan facilitar y hacer efectiva y agradable la experiencia. 

Pero, el protocolo no es la experiencia. 

La experiencia es la relación humana, la calidez, la conexión, la cooperación, la solidaridad, la escucha, el entendimiento, la empatía, la compasíón... mientras que el protocolo es el símbolo... pero el símbolo no es la experiencia. 

Si prefiero el protocolo sobre la relación, estoy prefiriendo el símbolo y creyendo ilusamente que si tengo el símbolo, tendré la experiencia.

Mi vida, tu vida, la vida de todos está llena de ejemplos... 

El matrimonio es el símbolo del omor, pero no son lo mismo.

El amor es la experiencia. El matrimonio pretende representarlo pero generalmente no lo logra.

El sexo, siendo una experiencia, también la hemos transformado en un símbolo, el del amor...  y hasta le decimos "hacer el amor", pero sabemos bien que no son lo mismo.

El dinero y la fama son muchas veces símbolos de la felicidad, pero no son lo mismo y a Michael Jackson y otros les costó la vida no saberlo.

El estatus social es el símbolo del éxito, pero no son lo mismo. Nelson Mandela, Madre Teresa, Martin Luther King, Facundo Cabral y otros lo saben.

La iglesia es el símbolo de la espiritualidad pero los Borgia, la inquisición, la intolerancia, guerras religiosas y el Vaticano con su boato y lujo desmedido nos han mostrado que no es así.

Y así.... el símbolo es una creación mental, es pensamiento.... sí vivo enfocado en los símbolos, vivo negando la Vida... porque la Vida es experiencia.

¿Cómo vamos por la vida? 

¿Cuáles son esos símbolos a los que les dedicamos toneladas de nuestra energía vital y por los cuales desechamos la experiencia?

¿Y cuáles son esas experiencias que deberían ser vitales y que hemos transformado en símbolos de la experiencia suprema del arte de vivir que es el Amor.

¿Dónde más nos auto-boicoteamos y nos disparamos a los pies por vivir de espaldas a la vida y de cara a los símbolos?

miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Cómo se vive así?



"Inusual presentación pública de Bashar al-Assad" - dice la noticia - "El presidente sirio Bashar Assad asistió el domingo a una mezquita de Damasco para celebrar el fin del Ramadán, su primera presentación pública desde el atentado del mes pasado que mató a cuatro altos funcionarios de seguridad.

Tal vez, si no supiéramos quien es. Quizás si no conociéramos su rostro. Maybe si no existiera la televisión, el internet y el youtube. Perhaps, si no viviéramos en red y no tuviésemos CNN, BBC y otra por el estilo. Peut-etre, si no hubiése existido una revolución francesa. Puede ser, si fuésemos ignorantes, es decir, que ignorásemos que, en 18 meses, van màs de 23 mil muertos en Siria... sólo así, quien sabe, creeríamos que esos ojos cerrados y esas manos abiertas no son más que formas vacías....

¿Cómo se vive así? ¿Cómo se vive orándole a Dios con 23 mi muertos sobre los hombros?

Pero, no te angusties que no estás solo. Aquí tenemos varios de tu calaña, de hecho los hemos tenido por los últimos 500 años y seguro que más.

Pero, sabes, esa es una de las razones por las que un día, hace ya unos años, por amor a Dios y a la vida, decidí apartarme de todo tipo de religión organizada, sobretodo cuando esa religión vive atada a las formas y pegada al poder. 

Dios y poder son irreconciliables. Dios y forma son el aceite y el agua. Dios es amor, verdad y ausencia de juicios. Todo lo demás, ritos, ceremonias, cultos, protocolos, jerarquías, dogmas... son solo eso, formas y las formas, todas y sin excepción, son vacías, inestables, transitorias y superficiales.

domingo, 13 de mayo de 2012

No hay mal que por bien no venga...

Hoy leí esta historia -Ladrón le salvó la vida. Gracias a él se enteró que tenía cáncer- y recordé una frase de las abuelas: "No hay mal que por bien no venga",


Con ello nos querían enseñar que lo malo que te pasa es por algo y por que te traerá algo bueno, una experiencia, un aprendizaje, un cambio, etc.


Noté entonces que en esa frase estaba contenida la enseñanza taoísta milenaria, la del Ying-Yang, aquella que nos dice que la Vida no es ni buena ni mala, la Vida simplemente Es y toda toda Claridad tiene su Oscuridad y viceversa. Y que la sabiduría consiste en notarlo, aceptarlo y fluir con la Vida.


Me di cuenta de inmediato que, desde niños, vivimos rodeados de frases sabias como esas, como “Si la vida te da limones, haz limonada” o “''Every cloud has a silver lining'' que traducido literalmente significa, ''toda nube tiene un borde de plata'' o “Después de la tormenta, siempre viene la calma” o por el simple hecho de que todo huracán tiene un ojo de calma, el ojo del huracán.


Y ¿Tú qué piensas?


¿Qué otras frases conoces?

martes, 1 de mayo de 2012

Bocaccio, ¿gafas que van con mi forma de ser?


Hoy, mientras corría alrededor del Pentagonito y escuchaba radio para no aburrirme, escuché un mensaje publicitario muy singular que me puso los pelos de punta.

El mensaje anunciaba las monturas de marca Bocaccio que, según he podido ver en la web, serían los artículos de Óptica Bocaccio, aunque no estoy seguro.

En el mensaje un chico joven sale a divertirse con sus amigos usando sus monturas Bocaccio y recibe elogios de sus amigos, quienes dicen más o menos esto:

-       Oye, Lucho (1)! Qué bien te quedan esos lentes!
-       Sí! – dice una chica – Te ves cuero!
-       “Ah su! –responde Lucho - Me voy a poner más seguido estos lentes!”
-       “Bocaccio – dice el narrador- monturas que van con tu forma de ser

Revisémoslo otra vez, con su respectiva traducción:

-       Oye, Lucho (1)! Qué bien te quedan esos lentes!. -  Traducción: Oye, Lucho, esos lentes te mejoran la cara!


-       Sí, Lucho! – dice una chica – Te ves cuero! -  Traducción: Sí, Lucho, recién ahora te ves guapo! No te quites los lentes porque sin ellos te ves feo!


-       “Ah su! –responde Lucho - Me voy a poner más seguido estos lentes!” -   Traducción: Ah su! Sí, pues, mi cara es una desgracia, me los voy a poner siempre para que la gente no la vea y poder gustarle, aunque yo no me guste a mi mismo!

-       “Bocaccio – sentencia el narrador- monturas que van con tu forma de ser” -  Traducción: Bocaccio – sentencia el narrador – monturas que van con tu forma de ser dependiente de lo que piensan los demás, con tu falta de amor propio, tu baja autoestima, tu patética inseguridad, tu papel de marioneta de los demás!

Y me pregunto, ¿Qué conversación tendrías con tu hijo (a) adolescente si descubres que este mensaje publicitario ha calado en él (ella) y te pide como regalo de cumpleaños unas monturas Bocaccio porque “van con mi forma de ser pues”?

---------------------------

(1)  Me estoy inventando el nombre pues no lo recuerdo.

martes, 3 de abril de 2012

¿Fogata o Espejo?



Lin Yutang, escritor y filólogo chino, dice:
"Hay dos maneras de difundir la luz... Ser la fogata que la emite, o el espejo que la refleja."
Vale preguntarse: ¿Qué he sido hoy? ¿Qué suelo ser? ¿Voy por allí siendo el reflejo de lo quieren que sea? ¿O me atrevo a ser quien soy?
Hay muchas maneras de ser espejo y una sola de ser fogata.
¿Eres capaz de ver la diferencia?

lunes, 2 de abril de 2012

jueves, 26 de enero de 2012

Vamos, ¡no leas eso!

 

Los debates, entrevistas y reportajes sobre la pretensión de los senderistas ex presidiarios por terrorismo y crímenes de lesa humanidad (MOVADEF o Movimiento (dizque) por la Amnistía y los Derechos Fundamentales), hicieron que rescatará esta fotografía de mis archivos. Es una foto de Abimael Guzmán, el Presidente Gonzalo, el mismo cuyo pensamiento (Pensamiento Gonzalo) originó y causó miles de muertes y la destrucción de mucha de la poca infarestructura del país, ocasionando un sufrimiento masivo sin precedentes en la historia del Perú contemporáneo. El terrorismo en el Perú dejó un saldo de casi setenta mil víctimas, entre muertos y desaparecidos, durante los veinte años que duró esta guerra.

Es la foto de un libro -La Cuarta Espada de Santiago Roncagliolo (1)- que no tendría nada de especial sino fuese por las circunstancia en que la tomé.

Y que se las voy a contar.

Eran los primeros días de octubre de 2011 y estaba yo en una de esa magníficas librerías madrileñas husmeando y me tope con este libro. Ya lo había visto antes y por eso no llamó mi atención, hasta que un púber de unos 14 años se acercó, atraído no se por qué aún. Sólo se que lo vi venir, escoltado por su madre, desde unos metros atrás directo hacia el libro. Se acercó lo tomó y le dijo, "Ostias, mamá, éste!".

La madre, una mujer de unos 40 años o algo más, enfocó su atención en la portada por un par de segundos y sin darle mayor explicación, le dijo "Vamos! No, no leas eso!" mientras tomaba el libro y lo devolvía a los anaqueles.

Quedé impresionado por la escena. Para mi el chico era suficientemente grande para empezar a conocer de estas cosas. Pero, para la madre no. Y no se por qué. Yo ý mis amigos leimos "El Sexto" de José María Arguedas y esa lectura nos abrió los ojos a un mundo que no queríamos e hizo de nosotros seres aún más sensibles con el dolor humano.

Así que no entendí a la madre y, siempre respetando el instinto maternal de proteger a su hijo de cosas desagradables, me quedé pensando en esa escena y tomé la foto.

Hoy, enero de 2012, sólo pocos meses después, cuando vemos asombrados a jovenes de 18 a 22 años repetir como autómatas arengas del marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo como lo hacían hace más de 20 años los asesinos terroristas, negar sin asombro de duda que se trató de una guerra y no de terrorismo y señalar que ellos consideran que Abimael Guzmán es un luchador pólítico que merece ser liberado pero que no los confundan con él ni los senderistas porque ellos son un movimiento nuevo, me pregunto: ¿qué ha pasado estos 20 años? ¡hemos hecho lo mismo que la madre española? ¿le hemos dicho a nuestros hijos "Vamos" No, no leas eso!"

Y sí, casi todos lo hemos hecho. Algunos por comodidad y salud mental, otros por ignorancia, otros por indiferencia y otros por cinismo. Y lo han hecho dos gobiernos seguidos y el actual también que ha necesitado algo así para reaccionar.

Y sólo hoy, 20 años después, escuchamos decir a la Ministra de la Educación que, a partir del 2013, se incluirá en la curricula escolar la historia de los años del terrorismo. ¡Qué verguenza!

¿Saben qué? Hay momentos en que siento que somos mentalmente tan ciegos, necios, cínicos y coloniales como hace 200 años… y me averguenza.
(1) En La cuarta espada, Santiago Roncagliolo rastrea el origen y las consecuencias de esa barbarie a través de un acercamiento a la biografía de Abimael Guzmán, tarea titánica porque quien fuera líder de Sendero Luminoso, el mayor grupo terrorista del Perú, no solo pasa sus días en la cárcel más segura del mundo, como se describe al inicio del libro, sino que también construyó unas barricadas de terror que parecen infranqueables cuando el periodismo busca a sus familiares y personas que fueron cercanas a él.