viernes, 26 de abril de 2013

Carta a Nelson Mandela


"La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad". (Nelson Mandela) (1)
Querido don Nelson,

Las últimas noticias que sobre su delicada salud han publicado los medios de prensa, me han hecho sentir que deseo compartir con usted dos anécdotas inconexas pero que han marcado mi relación con su obra y su legado.

Supe quien era usted, allá por los años 80s cuando estudiaba en la facultad de derecho y empecé a leer noticias sobre el apartheid en Sudáfrica. Que existiese un país en donde el gobierno estuviese en manos de un pequeño grupo de blancos ricos que había legalmente establecido la segregación y separación social y territorial de los nativos de esa tierra estaba muy lejos de poder ser asimilado por mí. 

Eso me indignaba.

Pero, al mismo tiempo, hervía de admiración por un líder sudafricano que acababa de conocer, un tal Mandela que ya llevaba más de 20 años en prisión negándose a aceptar cualquier solución que no fuera el fin absoluto del apartheid. 

Yo, que había nacido en los años 60 y que había sido testigo de la discriminación racial en el Perú, no era capaz de entender cómo podía existir un país cuyo gobierno no fuese sancionado por las grandes potencias, como EEUU, por ejemplo, cuyo gobierno pregonaba los beneficios de la promoción de la democracia y el respeto a los derechos humanos. 

Y como no era capaz de entenderlo y necesitaba una respuesta, aproveché la primera oportunidad que tuve para preguntárselo a alguien que se supone debía saberlo: una embajadora estadounidense (del gobierno de R. Reagan) que dictó una conferencia en 1985, a pocos meses de haber ingresado a la Academia Diplomática sobre otro tema. Claro, nadie esperaba mi pregunta y mis compañeros trataban de disuadirme para que no la hiciera. "Conserva las formas" me decían. 

Y, con la mayor cortesía posible  simplemente se la hice. 

- Usted habla de democracia y respeto a los derechos humanos -le dije- pero apoyan, en contra de la opinión  de todos los países del mundo, al régimen racista de Sudáfrica. Eso no tiene coherencia.

Y, como era de esperarse, recibí una respuesta diplomática, superficial y totalmente incoherente: 

Dijo algo así como: "No podemos sancionar al gobierno porque sería la población pobre la que más sufriría."

Y digo que fue una respuesta incoherente porque, en esos mismos años, EEUU financiaba y asistía militarmente a los contras en Nicaragua sin que les importase un comino, claro está, el sufrimiento de los pobladores de Nicaragua.

Ese día, además de aprender en carne propia el significado de la palabra "cinismo", me compré su pleito, don Nelson. Y aún me lo compro.

Años después, ya usted liberado y conseguido el objetivo de liberar a su pueblo, un compositor peruano que fusionaba el rock con la música afro-peruana, nuestro querido Miki Gonzales, compuso un tema llamado "Liberaron a Mandela" con el pretendía celebrar su liberación y la de su pueblo. Aquí le dejo la canción. Ojalá le guste.




La canción, por ser una de mis favoritas, fue a dar a mi repertorio musical y me acompañó en mi primera misión a a la India.

Y resultó que estando en el país de Gandhi, conocí a unos diplomáticos de varios países africanos, de raza negra todos ellos, a quienes decidí mostrarles la canción de Miki y otras más en un fiesta familiar. Y qué puedo decir.... quedaron fascinados.

¡Nunca se hubiesen podido ellos imaginar que allá, en el otro lado del planeta, hubiese alguien que hiciese una canción tan alegre dedicada a su liberación  y la de su pueblo! 

Así que les grabé el CD a una decena de ellos quienes, como buenos africanos que todo lo bailan y lo cantan, hicieron de "Liberaron a Mandela" un tema infaltable en las fiestas anuales que llamaban "African Nite" en donde el tema de Miki era bailado y tarareado por por mujeres, hombres y niños

De alguna manera, sin querer queriendo, el tema de Miki se había convertido en una especie de himno en ese pequeño espacio y la música había sido, una vez, el vehículo que nos acercaba a seres humanos de historias, culturas y territorios tan distantes.

Se, por los medios, que ha estado usted delicado, don Nelson, y solo puedo decirle que se cuide, que aquí le queremos muchos, que le admiramos y que ¡qué grande e inspiradora ha sido su vida!

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(1) Don Nelson Mandelauna de las figuras más importantes en la lucha por la igualdad racial, es junto con Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Víctor Raúl Haya de la Torre y Madre Teresa, uno de los personajes del siglo 20 que más admiro. 

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