miércoles, 16 de enero de 2013

¿Eres autoridad o tienes autoridad?




Esta imagen de un policía arrodillado frente a un niño me hace ver con claridad la diferencia entre "ser autoridad" y "tener autoridad". 

Si el policía usa el poder que tiene sobre alguien, será autoridad, abuso de poder; si lo usa "para"  lograr algo valioso (orden, paz, respeto a la ley), tiene autoridad y será un líder de la comunidad. Tal es el caso del Comandante Luis Herrera Urday, sobre quien escribí en Yo quiero conocer a ese policía en este mismo blog.

La diferencia parece pequeña pero no lo es, sobretodo en el mundo de la gestión y comunicación pública.

Las empresas y organizaciones modernas eficientes –públicas y privadas- basan su dirección en la idea de liderazgo y no de jefatura, autoridad o mando. La necesidad de obtener resultados y dirigir y organizar el trabajo de empleados capaces y con alta autoestima personal y profesional obliga a ello. 

Así, si bien el liderazgo de un funcionario público se origina un acto formal –que es independiente de los resultados-, éste sólo se legitima y se hace efectivo a través de otros factores que le dan ese carácter de líder tanto al interior de su organización como en su relación con los ciudadanos.

Ser líder consiste, entre otras cosas, en guiar la actitud y conducta de los empleados, lograr que compartan la visión y obtener que se comprometan sinceramente con la misión y los objetivos de la organización. Estamos hablando, por lo tanto, de un líder comprometido, auténtico, responsable, coherente y consecuente con la idea de generar valor para el ciudadano.

El líder autoritario puede ser eficaz en el corto plazo pero los resultados de su gestión no son sostenibles en el tiempo y los costos de transacción que requerirá supervisar los logros serán siempre altísimos.

El líder en el sector público no es sinónimo de patrón, ni de jefe que da órdenes sin justificación racional. No se considera a sí mismo como “la Autoridad” sino solamente que “tiene autoridad”. El cargo que ocupa le da, a priori, un capital de prestigio y de reconocimiento que le permite “tener autoridad" para tomar decisiones pero éstas no pueden ser cualquier tipo de decisiones, si no que se espera que sean correctas, justas y generen valor público.

Dirige y convence,  alienta libre intercambio de ideas innovadoras, incluso discordantes; está abierto a la retro-alimentación sincera y reconoce los méritos de sus compañeros de equipo. Usa el poder "para" lograr algo valioso y no "sobre" alguien.

No se auto-adjudica todos los logros; trabaja en equipo; tiene compañeros de equipo, no subordinados; permite que algunos proyectos sean liderados por otros miembros del equipo, delega con la máxima información, supervisa, considera que la calidad de los servicios públicos es el eje de la relación Estado-Sociedad y, sobretodo, se lidera a sí mismo y tiene a la inteligencia emocional como modelo de gestión.

El liderazgo efectivo es, por lo tanto, no sólo un estilo de gestión sino también de comunicación.

¿Conoces algún funcionario público que sea un líder efectivo? ¿Cuál ha sido tu experiencia?

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