sábado, 27 de enero de 2024

Poema de amor desde el desempleo


Poema de amor desde el desempleo

Me gustas.

No muero por ti,

pero no sabes

cómo me gustas.

He decidido

que mejor no te lo digo,

porque seguramente dirás “No”.

“Que somos amigos, casi hermanos”

y yo, quién sabe,

en mi desesperación,

te diré que “qué diablos”

y yo soy cristiano,

católico, apostólico y peruano,

Recibe este poema.

Comprende que no pretendo

emular a Bécquer ni a García Lorca ni a Neruda ni a Vallejo.

Recibe este poema porque

si te pones a pensar un ratito

te darás cuenta:

es lo único que me queda.

Ni siquiera

puedo decir que conmigo

te ganarías la lotería, la polla o el súper loto.

Tú eres la blanca

con puntillo y ligadura.

Yo, la fusa

con silencio de semicorchea.

Tú siempre preguntas,

yo nunca respondo.

Tú tienes ilusiones,

y a mí

la frustración me visita

todos los días.

Tú eres capaz

de mandarme ahora mismo al cuerno

por escribir estas tonterías,

y yo no estoy seguro

si te las enseñaré

algún día.

Ni siquiera puedo

decir que sería capaz

de empeñar toda mi vida.

Mi vida no es rentable,

nunca ha dado utilidades,

nunca nadie ha querido

recibirla en prenda o hipoteca.

Casi siempre la he ofrecido en donación,

como ahora.

Mi vida está hecha en

disonantes,

quintas y

escalas menores.

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